25 de enero de 2014

Entrevista a Rubén Sánchez Féliz, Por Daniela De La Cruz Gómez


Entrevista a Rubén Sánchez Féliz

Por: Daniela De La Cruz Gómez 


Rubén Sánchez Féliz es un escritor que está mostrando una importante capacidad escritural y que bien puede ser un precursor en el devenir de la joven novelística dominicana. Va descollando con pasos firmes hacia una literatura de la comprometida. Tiene ideas claras, intelecto, bagaje, y sin dudas es un escritor con capacidad para crear situaciones que merecen la atención de los lectores exigentes. No hay muchos creadores buenos en el país y si nos dan una sorpresa grata es lo mejor que pudiera ocasionarnos en este breve mundo literario dominicano.

Rubén Sánchez Féliz (Santo Domingo, 1972). Educador, narrador y ensayista. Ganador del Premio Nacional de cuento Universidad Central del Este (UCE) 2013, con Para que te tranquilices. Obtuvo el Premio Letras de Ultramar 2012 en dos categorías: Novela, con Un cuarto lleno de anguilas, y Cuento, con Ya nunca será como antes. Ha publicado Beatriz (Premio de Novela Federico García Godoy 2010, Ediciones Funglode, 2012; MediaIsla Editores, 2013), No volverás la mirada (Cuentos, Parada Creativa, 2011), Los muertos no sueñan (Premio Letras de Ultramar de Novela 2010, Editora Nacional, 2011), la antología de cuentos Viajeros del rocío: 25 narradores dominicanos de la diáspora (Editora Nacional, 2007) y El décimo día (Novela, Alcance, 2005). Obtuvo el segundo lugar en el Premio de ensayo Pedro Francisco Bonó 2010, con La palabra y otro ensayo. Tiene una licenciatura en pedagogía y una maestría en Escritura Creativa, ambas por la Universidad de Nueva York (NYU).

1. ¿Qué significado tiene para ti un premio importante como el que recibiste?

El Premio UCE tiene mucho prestigio a nivel nacional, por la pulcritud con que se ha manejado, el jurado que escoge y los autores que lo han ganado hasta la fecha. Haberlo recibido afianza mi trayectoria como escritor.

2. ¿Cómo ves el panorama de la novela dominicana y latinoamericana actual?

El panorama de la novela latinoamericana actual es muy saludable. Con novelistas como César Aira, Jorge Volpi, Andrés Newman, Lina Meruane y otros incluso más jóvenes, nuestro futuro en las letras está garantizado. En cuanto a la novelística dominicana, también lo veo con muy buenos ojos.

3. ¿En qué temática o temáticas trabajas actualmente?


Cuando escribo intento abordar los problemas de nuestros tiempos, haciendo hincapié en cómo el ser humano enfrenta las paradojas de la sociedad.

4. ¿Crees en la efectividad de los premios y galardones para levantar a un autor no importa el género a que se dedique?

Los premios ayudan bastante, pero no garantizan la calidad de la obra. He leído un sinfín de textos mediocres que han sido premiados en certámenes nacionales e internacionales. Pero con la crisis editorial actual y con lo difícil que se le hace a un escritor joven encontrar quien lo publique, los premios logran llenar ese espacio, porque incentivan la creación literaria y posibilitan que el manuscrito se convierta en libro impreso y llegue a manos del lector.

5. ¿Crees que hay la posibilidad de la gran novela dominicana que no se ha escrito todavía, es decir, la novela del pueblo dominicano?

¿La gran novela dominicana? Pero si ya se han escrito excelentes novelas dominicanas. Eso de sentarse a esperar “la gran novela dominicana” me parece absurdo. Me hace pensar en un cuento de Borges que se titula “El espejo y la máscara”.

6. ¿Cómo ves la novelística de Marcio Veloz Maggiolo u otros autores?

Marcio Veloz Maggiolo es el novelista vivo más importante de la República Dominicana. En cuanto a los otros autores, de los que he leído me quedo con La multitud y Perdidos en Babilonia, de José Acosta; Solo cenizas hallarás, de Pedro Vergés; Bachata del ángel caído y Carnaval de Sodoma, de Pedro Antonio Valdez; y algunas novelas de Manuel Salvador Gautier. Como ves, me faltan muchos novelistas dominicanos por leer. Tengo en mi biblioteca varias novelas de Marcallé Abreu, Andrés L. Mateo, Viriato Sención y Avelino Stanley. Les hincaré el diente en cuanto pueda.

7. ¿Puedes hablar de la trama y los personajes de tu última novela premiada?

Mi última novela premiada es Un cuarto lleno de anguilas. Ya varios críticos y escritores han emitido juicios sobre la obra. Estoy muy satisfecho con la novela y la recepción que ha tenido. En ese texto se afianzan los elementos que he venido trabajando desde El décimo día: los sueños, la pintura, la memoria, la niñez, la sinécdoque narrativa… También quise trabajar el miedo como tema y abordar varias paradojas del hombre actual, como la soledad en medio de la multitud, partiendo de mi experiencia en la ciudad de Nueva York y mis lecturas, sobre todo la de Charles Baudelaire: “Estar solo en medio de una atareada muchedumbre”. De hecho, Un cuarto lleno de anguilas se titulaba Miedo y llevaba un epígrafe de Baudelaire. Este tema lo trata nuestro José Acosta de manera magistral en La multitud. Por otro lado, en la novela también está la idea del laberinto, que aparece en el mismo primer capítulo con la descripción del rompecabezas del tío Raúl (que remite a algunos textos de Borges, como “La muerte y la brújula”; pero lo que en Borges es un rombo perfecto, aquí es un triángulo equilátero, exactamente lo que pensó haber encontrado Erik Lönnrot). Hay, además, un guiño a los autores japoneses, una suerte de homenaje a esos hermosos paisajes nevados en las obras de Mishima y Kawabata. Por último, lo de las anguilas eléctricas es un tema que había venido escuchando desde el año 2000, del mismo Manuel Popa, un poeta-todólogo local, un tipo alucinante, a quien le dedico la novela. Según él, tenía anguilas eléctricas en su casa. Me fascinaba el tema porque era, además, un recurso simbólico que me venía como anillo al dedo; me senté a entrevistarlo en tres o cuatro ocasiones, y de ahí nace parte de la historia de Alan, el personaje que ha deslumbrado a más de uno.

8. ¿Habrá más sorpresas importantes en el porvenir de tu producción?

Seguiré leyendo y escribiendo. Ya veremos qué pasará en adelante.

9. ¿Incursionas en otros géneros?

Cultivo el cuento, el ensayo y tengo algunos textos inéditos de literatura infantil.

10. ¿Ves apoyo decidido a los escritores contemporáneos por el Estado u otros estamentos nacionales?

Sería muy mezquino de mi parte si dijera que Cultura no está realizando una gran labor en casi todos los ámbitos culturales de nuestro país. No voy a enumerar aquí lo que se está haciendo, porque me parece muy obvio. Hay gente que emite juicios descalificatorios por cuestiones políticas o por intereses personales. Esos son los más vocingleros. Para mí el blanco, el rojo y el morado son la misma mierda. Los que estuvieron, los que están y los que aspiran son igual de malos; los mismos rostros, los mismos hombres genuflexos ante la oligarquía y las transnacionales. Pero no por ello voy a negar lo innegable. Me consta el buen trabajo que está realizando el Ministerio. Claro, siempre se puede hacer más y qué bueno que sea así. En cuanto a las instituciones no gubernamentales, sí las hay, como el Grupo Corripio y la UCE, que apoyan a los escritores con premios y ediciones de libros. Además, están aquellos que lo hacen por amor al arte y con escasísimos recursos, como el Grupo Vetas que dirige Clodomiro Moquete.

11. ¿Me gustaría conocer tu opinión sobre las razones por las cuales las letras nacionales no han trascendido hacia un público digamos internacional?

Realmente no sé y para mí es un verdadero misterio. No te voy a negar que inicialmente yo pensaba que era una cuestión de calidad. Pero luego me di cuenta de que no era el caso. Solo hay que mirar la poesía sorprendida. Creo que Franklin Mieses Burgos es tan bueno como cualquier otro poeta universal de su época. Los cuentos de Juan Bosch tampoco obtuvieron la trascendencia merecida. Y puedo seguir citando autores de una gran calidad literaria que no tuvieron una justa valoración a nivel internacional.

12. ¿Por qué razón nunca nos encontramos con un autor dominicano cuyas obras se encuentren entre las más leídas en América Latina, en Estados Unidos, en Europa?

La obra de Junot Díaz está entre las más leídas a nivel mundial. Su novela La maravillosa vida breve de Óscar Wao y el libro de relatos Así es como la pierdes han ganado premios de prestigio universal.

13. ¿Es que aquí no hay escritores o que no están dadas las condiciones generales para que esto ocurra? ¿Por qué?

Claro que en República Dominicana hay excelentes escritores. Tal vez, en ese sentido, no estaría mal que el Estado los hiciera más visibles a nivel internacional. Creo que también debemos apoyarnos los unos a los otros. No dejar que el ego nos gobierne. Lo digo porque hay gente que sufre una inmensidad cuando alguien se faja para escribir más o menos bien. A veces nos cuesta reconocer el trabajo o talento ajeno, preferimos buscarle la quinta pata al gato, en vez de tomar ese tiempo y energía para leer un buen libro, por ejemplo.

14. ¿qué opinión te merece la actualidad literaria dominicana? ¿Crees que estamos encaminados? ¿Crees que estamos “haciendo el trabajo” como se dice?

Pienso que sí, estamos más que encaminados. No es fortuito que haya un gran número de jóvenes vinculado a los talleres literarios. Muchos de ellos escriben muy bien y, más importante aún, son lectores voraces. Lo que nos hace falta es una crítica especializada. Gente preparada, actualizada.

15. ¿Qué opinión le merece el proceso de creciente presencia del libro electrónico en el mundo y la República Dominicana?

No me molesta el libro electrónico, porque ayuda a que el texto llegue a más lectores. Eso sí, prefiero el libro objeto. Aunque mis estudiantes y mis hijos a veces leen e-books. Lo importante es que se lea.

16. ¿Ustedes tienen algún criterio de selección para publicar sus libros?

No sé de los otros, pero yo sí tengo un criterio de selección y es muy simple: primero, la obra tiene que gustarme a mí, luego pasar el cedazo de mis dos amigos-lectores y, en última instancia, la ferocidad de la gaveta. No hay cosa más eficaz que engavetar el manuscrito y echarle otra mirada meses después de haberlo terminado.

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